viernes, 3 de diciembre de 2010

BARBACOAS, ESA MAGIA QUE NO SE VE

Atrás de esa nostalgia que carga la carretera, después de la larga fronda de una selva que no se ve pero se presiente, en el golpe seco de los huesos intentado volver a sus lugares, Barbacoas se deja ver.

Se ve mientras uno se acerca, que la gente se comparte un sol heredado por generaciones, de uno a otro, de una a otra, para que así se postergue el calor que hace un tiempo no era soslayado por el conflicto. Será por eso que en Barbacoas, cuando llegamos, 50 jóvenes ya nos están esperando para darnos nuestra cuota de calor.

Será por eso que pasan los días, al borde de dos ríos, las horas bajo las casas de madera, los segundos sobre los restos del oro que era abundante, y uno quiere estar allí para siempre, dejar algo de uno para siempre, en ellos y ellas que demuestran voluntad, ganas, rebeldía, liderazgo absoluto de quienes han vivido al margen de un mundo que no les corresponde.

Sin embargo, vivir nueve meses con ellos y ellas alrededor de la construcción de la política pública de juventud ha sido dejarse llevar por la magia enorme de sus sueños que despiertan al ritmo del currulao, de la salsa, de la cumbia que aprendieron a bailar, de los chistes, de las dramatizaciones, de la música que inventan para decir todo; pero también del liderazgo, de la comprensión política, de las búsquedas de transformación, de las sorpresas que dan cuando muestran una madurez propia de quien ha vivido mas de la cuenta.

Así, Barbacoas, nos encanta cuando nos dejamos encantar. Así encantaron a toda la Gobernación en Cabildos, cuando mostraron lo que querían como proyecto: fortalecer el ejercicio de la Escuela de Liderazgo, crear procesos productivos para jóvenes; Así, con esa fuerza, dejaron encantados a los funcionarios de la Gobernación que descubrieron que los y las jóvenes Barbacoanos eran inmensos y les otorgaron 14 millones para su proyecto.

Así hoy nos encantan despues de nueve meses cuando hacemos el último encuentro de la Escuela pero queda la certeza de que seguiremos juntos, las y los jóvenes, nosotros, el sol, los ríos, las casas y la nostalgia de saber que uno se queda, aunque tengamos que regresar.

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